Son numerosos los beneficios que aporta el baile para la salud de nuestros mayores. Además de realizar ejercicio físico, el baile potencia la coordinación y la relación entre las órdenes del cerebro y los movimientos del cuerpo, así como las relaciones con otras personas. Todo ello de forma divertida.
Aumenta la flexibilidad y la resistencia. Mejora la coordinación y el equilibrio, por lo que ayuda a prevenir las caídas en personas mayores. Ayuda a mantener el peso, controlar la presión sanguínea, paliar dolores articulares y prevenir la osteoporosis.
El baile como actividad física
Cada vez con más frecuencia muchas personas mayores recurren al baile a la hora de llevar a cabo una actividad física que les permita, a la vez, pasar un buen rato en compañía de otros. Solos o con sus parejas, deciden aprender bailes de salón aprovechando las numerosas opciones que actualmente se ofrecen; se trata de una alternativa óptima y con grandes beneficios para los mayores, tanto física como mentalmente.
Algunos estudios científicos apuntan a que esta actividad incrementa los niveles de serotonina (la llamada hormona del bienestar) y ayuda a desarrollar nuevas conexiones neuronales, especialmente en regiones cerebrales vinculadas con las funciones ejecutivas, la memoria de largo plazo y el reconocimiento espacial. La necesidad de aprender los pasos de la danza y de ajustar la coordinación rítmica son claves para desarrollar estos beneficios. Esos mismos estudios concluyen que la práctica del baile se relaciona positivamente con un riesgo bajo de demencia senil.
A diferencia de otras actividades que también se hacen por placer y diversión, el baile ofrece numerosos beneficios para la salud de nuestros mayores. Y no hace falta invertir dinero: solo poner música y empezar a moverse y disfrutar, mientras que el cuerpo aguante.