Yoga en la tercera edad
El yoga, disciplina milenaria, tiene probados beneficios sobre la salud también en la tercera edad.
El yoga ayuda a las personas mayores a mantener su masa muscular. Mejora de la respiración. El yoga enseña cómo respirar correctamente. Para las personas mayores saber respirar de manera adecuada es muy importante, ya que ayuda significativamente a relajarse y aliviar algunas enfermedades de carácter respiratorio.
El primer ministro indio, Narendra Modi, promotor de un ministerio del yoga en su país, considera esta disciplina una aportación de India a la humanidad. Los estudiosos de su origen consideran que no todo el método es originario de aquel gran país; aunque sí parece probado que la práctica del yoga, basada en meditación y respiración, tiene su origen en la India. Existen dudas de si las posturas o “asanas” que se practican en todo el mundo occidental, son también originarias de India al cien por cien.
Este yoga “occidentalizado” es una mezcla entre el método tradicional, que tiene su eje central en la respiración, y los movimientos y estiramientos que, según piensan los estudiosos, se asemejan bastante a los de la gimnasia sueca, surgida en este país escandinavo hacia 1930 para ayudar a mejorar la salud y forma física de sus militares.
Los puristas del origen existen en todas las disciplinas, y el yoga no iba a ser menos. Fue en los años 60 del pasado siglo, cuando los viajeros occidentales que fueron hasta la India para profundizar en el conocimiento del yoga retornaron e importaron la disciplina para adaptarla al “espíritu” occidental. Desde entonces hasta hoy, ha evolucionado y variado con distintos nombres y métodos en función de los movimientos y la intensidad con que se ejerciten. Existe total unanimidad entre los expertos en los beneficios del yoga a nivel físico y mental de quienes lo ejercitan.
Beneficios de la práctica de yoga
De entre todas sus variedades (Asthanga, Vinyasa, etc…) se considera que el llamado básico o Hata Yoga es el más adecuado para personas mayores, porque cualquiera puede practicarlo, independientemente de su edad. Su práctica es una mezcla de ejercicios y meditación, y la recomendación general es empezar con las posturas (asanas) de forma gradual y adaptándolas a la forma física de cada uno, siempre bajo la supervisión de expertos. Estas posturas básicas, que no deben implicar gran esfuerzo físico, ayudan a fortalecer el cuerpo al ganar en flexibilidad y tonificación de la musculatura.
Así, los estiramientos que se realizan en las posturas, revitalizan el músculo (que tiende a acortarse con la edad), lo que previene lesiones mayores si se sufre algún percance. Otro factor que lo hace muy atractivo para esta edad es el ejercicio con la respiración. Ayuda a fortalecer la musculatura abdominal y permite llegar a estados de concentración y meditación muy beneficiosos para nuestros mayores. Combaten los sentimientos de soledad o miedo, culpabilidad, inseguridad y aislamiento propios de la tercera edad.
La fragilidad es uno de los grandes males en la tercera edad, por la discapacidad (física y mental) que pueden provocar los accidentes o caídas. Por ello se busca cada vez más cómo y qué hacer para ganar años de vida en buena salud y sin discapacidad. La práctica de ejercicio es uno de los mejores métodos para evitar o ralentizar esa fragilidad, y el yoga ha demostrado ser uno de los mejores métodos por su ayuda para mejorar el funcionamiento físico, social, mental y emocional en las personas mayores.
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