La soledad en las personas mayores
Como seres sociales que somos, las personas necesitamos siempre tener relaciones, vínculos e interacción con
otros. La soledad en la tercera edad es un sentimiento que suele aparecer durante esta etapa de la vida, aunque no suele ser una decisión voluntaria. Cuando nos hacemos mayores, existen circunstancias que desencadenan sentimientos de abandono: la pérdida de un ser querido, el fin de la vida laboral, el alejamiento de familiares y amigos, o la disminución de actividades de ocio.
Efectos del aislamiento en la vejez
A partir de cierta edad, empezamos a notar carencias físicas y mentales que nos ponen dificultan poder disfrutar de esta etapa de la vida. La dependencia despierta en las personas mayores una gran frustración, provocando que dejen de sentirse útiles para la sociedad y sus seres queridos.
Este sentimiento de soledad en las personas mayores puede tener consecuencias importantes en su salud. Si esta situación se mantiene en el tiempo y se cronifica, puede desembocar en aislamiento social y provocar tristeza o miedo, desarrollando depresión u otras enfermedades neurodegenerativas.
Combatir la soledad en las personas mayores
Disfrutar de la jubilación es posible, siempre y cuando sigamos una dieta saludable y nos mantengamos activos. El envejecimiento activo proporciona las claves para una vejez feliz y saludable:
- Mantener y conservar las relaciones sociales
- Actividad física
- Contacto con la naturaleza (paseos, cuidado de las plantas)
- Estimulación cognitiva
- Alimentación equilibrada
- Control de la salud
- Ocupar el tiempo libre
- Buenos hábitos de sueño
Es muy importante que la persona mayor no adopte una vida sedentaria. Realizar actividades de ocio en el tiempo libre y que, a su vez, sean beneficiosas para la salud, es esencial para disfrutar de una buena calidad de vida en la tercera edad.
Otra de las claves para combatir la soledad en las personas mayores es la compañía. Compartir momentos con la familia, amistades o ex compañeros/as de trabajo, ayuda a evitar el aislamiento y los grandes problemas que supone la soledad.
Una de las mejores opciones para combatir la soledad en las personas mayores es tener un cuidador en el hogar. De esta forma, proporcionamos un cuidado a medida de la persona, que se adapta a sus necesidades, demandas y preferencias.
La elección de envejecer en casa supone más beneficios psicosociales que desventajas. Al seguir viviendo en sus casas, las personas mayores están en entornos conocidos y seguros. Para ello, son necesarios al menos tres factores: que las características del entorno físico sean adecuadas (vivienda y entorno comunitario), que haya recursos materiales disponibles, y que exista una red social de apoyo.
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